6 de febrer del 2008

Duermo abrazada a mi almohada

Que ya nunca dice nada

Por miedo a volverse a equivocar

Siento el recuerdo de tu piel sobre mi piel

Pienso en esos besos que ahora son de otra mujer

Se que mientes al decir que estas bien

Reconozco esa mirada en tus ojos d papel

No brillan de felicidad precisamente

Sientate y hablemos sabes que estoy aquí

Nubes negras tapan tu dulce sol pero la lluvia amainara

Y tu sonrisa iluminara muchos corazones

Y calentara muchas noches de invierno

Mientras un “te quiero” muere ahogado en mi garganta

Vivo en un mundo gris y negro

Fui tonta al marcharme y cuando volvi ya no estabas

No habia nada allí, solo recuerdos y dolor

Y ahora el cadáver de un amor que se fue

Sigo aquí sentada esperando que pase algo

Que me haga ir a buscarte o me ayude a olvidarte

Algo en mi cambió aquel dia

Ya nada es igual, ya no hay alegria

Se que no estas ahí pero te busco igualmente

Se que no volveras pero me quedo a esperarte

Se que ya no me quieres pero no se olvidarte

Y vivo en un mundo gris y negro

Donde el sol se pone antes de salir

Y la luna siempre esta escondida

Donde los dias y las noches son hermanos gemelos

Donde tu no estas y siempre te echo de menos…


Como un pájaro que emprende el vuelo por primera vez, él desplegó sus alas y echó a volar, alejándose de todo cuanto quería, de todo cuanto tenia, por miedo a ser lastimado, vivía limitado por sus miedos, mas estos nunca le impidieron volar, él se sentía libre, cual mariposa colorida, revoloteaba de flor en flor sin encariñarse con ninguna, pero un día no pudo evitar enamorarse, era una flor de raíces muy sólidas y pétalos suaves como la seda, negros como el tizón, que contrastaban irremediablemente con su dulce sonrisa.

Se quedó contemplándola estupefacto durante horas, antes de atreverse a acercarse, una vez la tuvo enfrente, no dudó un segundo antes de preguntarle porque sus pétalos se habían teñido de negro, era demasiado hermosa para lucir un color con connotaciones tan negativas. Ella le dijo que iba de luto por un amor que se fue y que no creía volver a ver, en ese momento, él sintió un pinchazo en el corazón, había quedado prendado de ella, y esa confesión no podía dejarlo indiferente. Le preguntó que había pasado y estuvieron conversando durante días, él cada día la amaba más y ella cada día estaba más convencida de su amor por aquél que se había ido, pero éste, indeciso, no hacia más que alimentar esperanzas que tal vez nunca llegarían a florecer. Él era perfecto, lo tenía todo, y sabía que se esforzaría en cuidarla y hacerla feliz, pero por más cariño que le tuviera, su corazón no lo tenía él, así pues, con el alma dividida y el corazón en rehabilitación, fue pasando el tiempo la dulce flor, nadando entre dos mares, bebiendo de dos aguas, sin saber que el mejor camino era su propio riachuelo, sin pensar que el agua más dulce lo tenía ella…


Y volaremos juntos un día más

Y a ras de suelo me abrazaras

Huiremos lejos de aquí

Me escondere tras de ti

Y nos refugiaremos entre las horas

De un atardecer de otoño

Y caeremos cual gotas de lluvia

Que empapan sus caras

Y nos arrastrara el aire

Entre sus miradas

Cual hojas que caen de un árbol

Que desnudo afrontara el frío

De un invierno glacial

Y volaremos juntos

Surcando el cielo

Y nuestras lagrimas se perderan

Entre mares de tinta

Donde naufragan barcos de papel